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Balance Energético del Principado de Asturias, una herramienta para definir estrategias energéticas y conocer las necesidades de infraestructuras en la Transición Energética
Tras casi 25 años haciendo esta estadística, podemos ver el cambio de modelo energético en la región. Asturias ha pasado de producir carbón como principal fuente primaria de energía a las renovables como casi la única fuente de energía. Un cambio muy notable es la generación eólica, inexistente hace dos décadas, ha alcanzado una relevancia similar a la hidráulica.
En términos de consumo, Asturias ha reducido su demanda energética final desde los 3,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo en el año 2000 a 3,3 millones en 2023. A pesar de esta reducción en el consumo, el PIB regional ha crecido en el mismo periodo, lo que evidencia una mejora significativa en la eficiencia energética de la economía asturiana.
Por sectores, la industria continúa siendo el principal consumidor de energía, representando un 65% del total. En este ámbito, las energías renovables (7%) y la electricidad (14%) contribuyen al proceso de descarbonización. El transporte, responsable del 22% del consumo regional, sigue dependiendo mayoritariamente de los derivados del petróleo, con una escasa presencia de la electromovilidad (0,1%), concentrada principalmente en el sector ferroviario.
Los sectores residencial, servicios y primario suman el 13% del consumo energético. La electrificación en los ámbitos residencial y de servicios ha alcanzado más de la mitad de la demanda en cada uno de ellos, evidenciando una tendencia hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
El Balance Energético del Principado de Asturias deja patente la evolución del modelo energético regional, con un avance decidido hacia la sostenibilidad y la eficiencia energética. Sin embargo, aún quedan desafíos por superar, especialmente en sectores como el transporte, donde la dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo predominante.