Las cifras confirman que 2022 ha sido el año de la consolidación de la autoproducción de electricidad a partir de energía fotovoltaica
Cataluña cerró el año 2022 con 60.208 instalaciones de autoconsumo fotovoltaico en servicio, que suman una potencia instalada de 466,59 MW. El año pasado se pusieron en marcha 39.237 equipos de autoconsumo que totalizaban una potencia de 293,56 MW, cifras que multiplican por tres las registradas durante el ejercicio 2021. Estas cifras confirman en 2022 como el año de la consolidación de el autoconsumo fotovoltaico, y demuestran el compromiso de la ciudadanía y las empresas con la transición energética. De hecho, sólo en el último trimestre se registraron más instalaciones que en todo el 2021.
Según los datos elaborados por el Observatorio del Autoconsumo en Cataluña a partir del Registro de Autoconsumo en Cataluña, el sector doméstico es donde se acumula el mayor número de instalaciones: un 73,1% de las instalaciones ciones tienen una potencia igual o inferior a 5 kW, mientras que sólo un 0,4% tienen más de 100 kW de potencia. Sin embargo, las instalaciones de hasta 5 kW de potencia suponen sólo un 33,87% de la potencia instalada, mientras que las de más de 100 kW suponen el 19,31% del total de la potencia, lo que demuestra el peso de la autoproducción entre empresas e instituciones.
Por demarcaciones, en Barcelona se concentran 36.814 instalaciones, que suman una potencia de 277,77 MW; Girona cuenta con 9.597 equipos, con una potencia de 79,46 MW; Tarragona tiene registrados 8.580 sistemas de autoconsumo, que totalizan 58,87 MW, y en Lleida existen 5.217 instalaciones que tienen una potencia conjunta de 50,49 MW. El Vallès Occidental es la comarca con mayor número de instalaciones (8.330) y de potencia instalada (57,94 MW).
El autoconsumo, una prioridad para Cataluña
La autoproducción de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica ha sido y es una prioridad para Cataluña, en tanto que es uno de los ejes básicos para la transición hacia un nuevo modelo energético más limpio, democrático, sostenible e inclusivo . La extensión y generalización de la práctica del autoconsumo es un termómetro de la implicación de la ciudadanía con la transición energética, puesto que permite que las personas pasen de ser sólo consumidoras a generar, gestionar y consumir su propia energía.
Por eso, la Generalitat ha sido pionera en la aplicación de medidas normativas y de incentivos para detectar y eliminar barreras jurídicas, técnicas y económicas para el autoconsumo. La Prospectiva Energética de Cataluña para el año 2050 calcula que, junto con la electrificación de la demanda y la reducción en el consumo de energía, es necesario que haya hasta 500.000 instalaciones de autoconsumo en servicio al año 2050 para lograr el reto de la descarbonización de la economía y la sociedad catalana.