Una empresa podría reducir un 65% su factura eléctrica y amortizar en menos de cuatro años la inversión de una instalación fotovoltaica si formara parte de una comunidad energética

Son algunos de los datos clave que se han compartido hoy en el webinar organizado por la Agencia Extremeña de la Energía (AGENEX) en colaboración con la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX).

La sesión, que se ha emitido en directo por Youtube, tenía como objetivo dar a conocer las comunidades energéticas y los beneficios asociados a ellas al tejido empresarial extremeño. Este modelo se ha presentado como una excelente oportunidad no solo para ahorrar en la factura de la luz, sino también para reducir las emisiones y promover su sostenibilidad medioambiental.

Desde la Oficina de Transformación Comunitaria (OTC) de Extremadura, gestionada por AGENEX, se ha explicado en qué consiste una comunidad energética, cuáles son los requisitos para constituirlas y cómo puede beneficiarse una empresa de pertenecer a una.

En el evento ha participado también Raquel Pastor, directora general de Industria, Energía y Minas de la Junta de Extremadura, quien ha expresado el firme compromiso del gobierno regional de fomentar la eficiencia energética y la sostenibilidad. “Estamos trabajando intensamente para romper las barreras que nos vamos encontrando en este camino de la transición energética, que son sobre todo obstáculos administrativos, restricciones legales y tarifas elevadas”, ha indicado.

Es ahí donde entra la labor de la OTC de Extremadura, puesta en marcha el año pasado, para dinamizar la creación de comunidades energéticas asesorando y acompañando de forma gratuita a todos aquellos ciudadanos, empresas o administraciones que estén interesados en constituir una en los municipios extremeños de más de 20.000 habitantes.

Mucho más que autoconsumo colectivo

Uno de los puntos clave tratados en la jornada es que las posibilidades de las comunidades energéticas van mucho más allá del autoconsumo colectivo, ya que permite desarrollar otras actividades, como la compra conjunta de energía, ofrecer servicios de movilidad eléctrica o promover la eficiencia energética. En definitiva, los miembros de una comunidad energética deciden cómo quieren gestionar su propia energía.

Las empresas también han recibido datos concretos del ahorro económico que les supondría. Teniendo en cuenta un ejemplo tipo de un consumo de una empresa de unos 100.000 kWh/año, conllevaría unos gastos eléctricos de unos 17.000 euros. Una instalación fotovoltaica colectiva de 45 kW rondaría una inversión de 40.000 euros, pero con ella la factura se reduciría a menos de 6.000 euros. En menos de cuatro años la inversión estaría amortizada, y hasta los 30 años, que es la vida útil media de los paneles fotovoltaicos, las empresas seguirían logrando un ahorro significativo.

Una de las claves para el éxito radica en realizar un cálculo adecuado de las instalaciones y adaptarlo a las necesidades de consumo de sus miembros. En los últimos años, las comunidades energéticas están mostrándose como un modelo especialmente interesante en polígonos industriales y zonas de alta concentración empresarial.

Reducir los costes en electricidad conduce a las empresas a aumentar su rentabilidad y viabilidad económica, pero también a no depender de la volatilidad de los precios del mercado eléctrico, muy influenciado en los últimos años por la situación geopolítica, y a ser más sostenibles en sus procesos.

La OTC de Extremadura se pone a disposición de las empresas extremeñas para acompañarlas en el proceso de constitución de una comunidad energética. Las interesadas pueden solicitar sus servicios de forma gratuita a través de su página web.