El Consejo Ejecutivo analiza un informe sobre el estado de las energías renovables en Cataluña y qué medidas es necesario emprender para avanzar en la transición energética

El Govern ha analizado el estado de las energías renovables en Catalunya y ha iniciado el estudio de medidas para dar un paso adelante en la transición energética y acelerar en la descarbonización de la sociedad catalana. Los datos aportados por el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica indican que Cataluña necesita un impulso en la instalación de nueva potencia energética de origen renovable, y esta situación puede generar una desventaja competitiva para la economía del país.

Para revertir el estancamiento actual, el Gobierno ha puesto sobre la mesa diferentes medidas sobre las que empezar a trabajar, como:

  1. Acelerar la tramitación y aprobación del Plan Territorial Sectorial para la implantación de energías renovables (PLATER).
  2. Negociar para garantizar la conexión a la red de las renovables necesarias para la transición energética en Cataluña.
  3. Incentivar las distintas tecnologías con medidas de simplificación administrativa que permitan reducir los plazos de tramitación y la carga burocrática de los proyectos.
  4. Impulsar formas de generación hasta ahora poco explotadas en Cataluña, como la eólica marina o el biogás.
  5. Estudiar nuevas acciones en el marco de la red de recarga para la movilidad eléctrica, incluida la instalación de puntos de recarga en edificios públicos mediante la Energética.

Otro ámbito de trabajo será el del marco regulador para las baterías, un sector emergente que requiere una normativa clara que le dote de seguridad jurídica.

La situación de las renovables en Cataluña

Las energías renovables cubrieron un 13,6% de la demanda eléctrica de Cataluña en 2023, cuando el objetivo fijado por la Prospectiva Energética de Cataluña 2050 (PROENCAT 2050) asciende al 54% para 2030. Además, el crecimiento de la potencia instalada ha sido poco significativo en los últimos años: la energía eólica ha crecido en 130 MW instalados entre 2020 y 2024, hasta los 1.406 MW, y la solar fotovoltaica sobre terreno ha ganado 62 nuevos MW y ha alcanzado los 351 MW.

De hecho, la potencia instalada por cada una de las tecnologías está lejos de los hitos establecidos por la PROENCAT para el año 2030. Mientras que la solar fotovoltaica sobre cubierta se sitúa en el 45% del cumplimiento, la eólica terrestre sólo ha alcanzado el 26% de logro y la solar fotovoltaica sobre terreno, el 8%.

De esta forma el Gobierno reafirma su compromiso con la transición hacia un modelo energético renovable, descarbonizado, distribuido y ciudadano, que contribuya a hacer frente a la emergencia climática. Esta transición, además, debe hacer del sector energético uno de los ejes para hacer crecer un modelo económico más eficiente y sostenible.

En este sentido, la PROENCAT 2050 calcula que la reducción de la dependencia energética asociada a la descarbonización de la sociedad catalana permitiría reducir el gasto en combustibles fósiles de 8.700 millones anuales a 650 millones de euros.