
Estas instalaciones obsoletas son un freno para la implantación de medidas de eficiencia, ahorro y energías renovables por lo que su renovación adecuará estos edificios a las normativas eléctricas actuales
Estas ayudas contribuirán a la modernización de las instalaciones eléctricas antiguas de edificios residenciales construidos antes del año 1999, concretamente las que se refieren a las partes comunes, es decir, las zonas que abarcan desde el punto de conexión exterior del edificio hasta el umbral de las viviendas. Se trata en algunos casos de instalaciones eléctricas muy antiguas y de baja tensión, cuya renovación presenta un amplio margen de mejora para alcanzar los actuales estándares de calidad y seguridad.
Una vez actualizadas, estas instalaciones serán capaces de abastecer de energía a las viviendas con seguridad y de proveer de servicios cada vez más demandados como los nuevos sistemas de calefacción de alta eficiencia (por ejemplo, la aerotermia), así como la implantación de energías renovables -placas solares en los tejados- y, en definitiva, avanzar en la descarbonización de los consumos energéticos domésticos.
Además, la centralización de contadores en las comunidades que dispongan de garaje en el mismo edificio también permitirá que las instalaciones estén preparadas para la recarga del vehículo eléctrico, un elemento importante en los núcleos urbanos donde el acceso en coche requiere cada vez más frecuentemente de vehículos de bajas emisiones.
Características de las ayudas
Las comunidades propietarias de las instalaciones podrán acometer dos tipos de mejoras. Por un lado, aquellas destinadas a modernizar el cableado y la tensión, que deberá ser de tipo B2, es decir, de 230 voltios, y se deberá reemplazar todo el cableado que tenga recubrimiento de tela. Además, deberán instalarse cajas de protección general accesibles y conductores de tierra en los cuadros eléctricos. Por otra parte, se apoyará la implantación de toma de tierra general en aquellas instalaciones que siguen sin disponer de este dispositivo de seguridad prioritario.
Este programa cuenta con un presupuesto de un millón de euros y las ayudas podrán ser de hasta el 70% de los costes subvencionables para aquellas intervenciones que realicen ambos tipos de mejora, con un límite por instalación de 15.000 euros, y de hasta un 60% en caso de acometer solo una de ellas.
Edificios con instalaciones antiguas
Euskadi cuenta con un parque de edificios residenciales envejecido ya que el 61% de los mismos fue construido antes de 1980, cuando las normativas vigentes en materia de eficiencia energética, envolvente, calefacción, uso de renovables y seguridad no contemplaban los requisitos que hoy en día son necesarios en todo edificio de viviendas de nueva construcción.
Un 23% de estas comunidades mantienen las instalaciones eléctricas de origen, con conexión B1 que corresponde al sistema antiguo de 125/220 voltios. Estos sistemas no contaban con interruptor diferencial y tienen un aislamiento deficiente desde un punto de vista de seguridad. Además, tampoco cuentan con toma de tierra. Por Territorio Histórico, el 28% de los edificios habitados de Bizkaia se encuentran en esta situación, el 18% en Gipuzkoa y el 15% en Araba.
Mediante estas ayudas, se pretende contribuir a mejorar la calidad eléctrica de los edificios con el objetivo de que puedan acceder a nuevos servicios eléctricos en calefacción, climatización y renovables, y a descarbonizar de esta forma sus consumos, al mismo tiempo que se adaptan a los requisitos de seguridad necesarios hoy en día.