Por este motivo, el ICAEN ha impulsado, conjuntamente con uno sexagésima de empresas y entidades, la proposición de Ley de medidas de fomento para la electrificación del transporte por carretera, con el fin de eliminar las barreras que imposibilitan el normal y necesario desarrollo de la infraestructura de recarga eléctrica al Estado español. La iniciativa legislativa ha sido admitida a trámite para el Congreso de Diputados, pero muy probablemente será rechazada su tramitación para el Gobierno del PP, en tanto que requiere unas ayudas económicas en un periodo limitado de tiempo que, en ningún caso serían superiores y de forma acumulada a 60 millones de euros hasta el 2020, previendo ayudas a los términos de potencia y a un plan estable de ayudas a la compra de vehículos. Esta cantidad, acumulada en tres años, es menos de la mitad de lo que el Gobierno español dedica anualmente al Plan PIVE, de renovación de coches de gasóleo y gasolina.
En este sentido, el ICAEN destinará 90.000 euros adicionales para una prueba piloto de implantación de 3 estaciones de infraestructura rápida de 50 kW en colaboración con el sector privado que, se tendrán que ubicar en estaciones de servicio muy estratégicas y de acceso fácil desde la red vial.
Durante el año 2016, y también en el marco del PIRVEC, la Generalitat ya ha puesto en marcha 11 puntos de la XarxaRàpidaCat en puntos estratégicos de la red vial catalana o en zonas muy densamente pobladas, en colaboración con los correspondientes ayuntamientos. El objetivo del PIRVEC es alcanzar las 100 electrolineras rápida de 50 kW, los 400 de recarga semirrápida de 20 kW y 25.000 puntos vinculados el año 2019. En el marco del Proyecto CIRVE que gestiona el Estado Español y la empresa IBIL se prevé una red para todo el Estado de 40 electrolineras de 50 KW en el corredor mediterráneo y el Corredor Atlántico
La disponibilidad de infraestructura de recarga tiene una relación directa con la electrificación del parque móvil: en aquellos países europeos donde los ciudadanos tienen garantizado el suministro eléctrico para sus vehículos, la cuota de renovación eléctrica del parque de vehículos supera el 10%. En Cataluña, esta tasa se sitúa en el 0,4%, mientras que en España es del 0,3%.
La generalización de la movilidad eléctrica, en más de contribuir a la mejora del aire que respiramos y por lo tanto, de nuestra salud; ocurre el motor de un nuevo modelo energético más sostenible, democrático, distribuido y socialmente equitativo. Por un lado, facilita que las energías renovables puedan abastecer el sector de mayor consumo de energía final de Cataluña, el transporte por carretera a fecha de hoy dependiendo en el 98% del petróleo. En los últimos 5 años el 40% de la energía eléctrica ha sido generada con fuentes renovables por lo tanto, su uso en vehículos eléctricos aportaría una reducción muy importante en nuestra dependencia exterior de energías fósiles y en concreto del petróleo; en segundo lugar, refuerza el papel de la generación distribuida mediante el almacenaje de energía eléctrica en baterías a la vez que favorece el autoconsumo fotovoltaico permitiendo acumular la energía solar de las horas diurnas en el vehículo.
Convertir el parque de vehículos térmico en eléctrico es la gran oportunidad para que la geopolítica internacional de la energía dé paso a la energía de Km Zero i Km 100, donde la gran inversión para el desarrollo de las tecnologías de almacenaje necesarias para hacerlo posible vendrá de la mano de la industria del automóvil, como ya sucedió hace 120 años con otra fuente energética, el petróleo, que generó un cambio en el modelo económico, social y tecnológico liderado, también, por el sector de la automoción.