El acuerdo permitirá brindar información y asesoramiento al tejido social y empresarial pacense sobre el potencial de estas comunidades y su puesta en marcha
Agenex, a través de la Oficina de Transformación Comunitaria (OTC) de Extremadura, organizará jornadas de difusión y cursos de formación dirigidos a particulares, pymes y administraciones, y ofrecerá un servicio de acompañamiento y tutorización durante el proceso de creación y las primeras etapas de funcionamiento de las comunidades energéticas. También se encargará de identificar posibles fuentes de financiación y servirá de intermediario con el consistorio para el impulso de nuevos proyectos.
El pasado mes de marzo, Agenex creó la OTC de Extremadura como un espacio físico y virtual dedicado a dinamizar la creación de comunidades energéticas locales entre los municipios extremeños mayores de 20.000 habitantes.
Para ello, ofrece servicios gratuitos de difusión, mediante la realización de cursos, talleres y jornadas informativas; acompañamiento a los interesados en el proceso de constitución de la comunidad; y el asesoramiento administrativo, jurídico, económico y técnico.
Además, esta oficina pretende establecer una red de colaboración formada por las comunidades que se vayan creando para potenciar las sinergias entre ellas.
El acuerdo con el Ayuntamiento de Badajoz se suma así a los convenios ya firmados con otras localidades, como Almendralejo y Villanueva de la Serena. Se espera que próximamente se rubrique también el pacto con el consistorio de Plasencia, anunciado hace dos meses, y está previsto que se extienda a más municipios.
¿Qué es una comunidad energética?
Las Comunidades Energéticas son entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria de sus socios o miembros, que pueden ser personas físicas, pymes o autoridades locales. Su finalidad primordial es proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus integrantes o a las zonas locales donde operan.
Las actividades que puede desarrollar son muy diversas, desde poner en marcha proyectos para generar, almacenar o distribuir energía hasta la prestación de servicios de eficiencia energética o movilidad eléctrica.
De esta manera, las comunidades energéticas constituyen un instrumento fundamental para, además de permitir a sus miembros o socios reducir sus facturas, conseguir la democratización de la energía, contribuyendo así a la consecución de los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Gracias a ellas, también se pueden crear nuevos recursos y servicios locales de energía a disposición de los ciudadanos, generar oportunidades de inversión o aumentar la competitividad de las empresas locales. Además, también se logra una mayor sensibilización y poder de decisión de la ciudadanía en asuntos energéticos.